El autor dijo haber construido un edificio simple y funcional que huye de elementos postizos, llevando al interior el máximo confort, más luz natural y mejor ventilación.
Esta casa reúne los principios básicos del racionalismo, hay un dominio de las formas y volúmenes, muy sobrios, con mucha atracción por lo rectilíneo y un fuerte sentido de la horizontalidad fomentado por el uso de formas apaisadas. Triunfan las superficies diáfanas que hacen innecesaria la ornamentación. La esquina redondeada con un amplio ventanal da ligereza a la fachada.
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