martes, 26 de febrero de 2013

Palacio de Monterrey

Situado en la plaza de Monterrey, 2, nos encontramos con el Palacio de Monterrey de estilo renacentista que fue construido en el s. XVI y perteneció a Don Alonso de Acevedo y Zúñiga, tercer conde de Monterrey, y a su esposa, Doña María Pimentel.
 
De impecable estilo plateresco, su construcción es de 1539, convirtiéndose en el Palacio más significativo de toda la arquitectura civil española del renacimiento con estilo de fortificación o torre militar. El encargado del diseño fue Rodrigo Gil de Hontañón con la colaboración del monje dominico Fray Martín de Santiago en los elementos decorativos, siendo los maestros Aguirre y Pedro de Ibarra quienes lo llevaron a cabo.

Rodrigo Gil de Hontañón será el encargado de los planos del edificio, diseñando un palacio de planta cuadrada con torres en los ángulos y patio central. Por desgracia, sólo se construyó una cuarta parte del proyecto ya que el proyecto original presentaba ocho torreones y cuatro cuerpos como el existente. De haberse construido en su totalidad se hubiera erigido en prototipo de los alcázares españoles. Pero esto no implica reducir la grandeza de la obra.
 
El Palacio de Monterrey responde, sin duda, a los diseños de Rodrigo Gil por su relación entre las superficies planas y la decoración, la solución manierista de sus vanos y el remate en forma de loggia (es un elemento arquitectónico a modo de galería y sostenido por columnas y arcos) de la fachada, soluciones en las que insistirá posteriormente en otros edificios civiles.
Fray Martín de Santiago fue el encargado de diseñar los ornamentos más complicados del conjunto entre los que destacan leones y animales fantásticos, sosteniendo escudos con las armas de los Zúñiga, Fonseca, Acevedo, Sotomayor y Ulloa, todos mecenas de esta ciudad.
 
Algunas estancias del interior del Palacio Monterrey
Escaneadas del libro "Salamanca Desconocida"
 
 
El edificio consta de tres pisos divididos por molduras, rematado el último por una crestería afiligranada, de estilo calado que contrasta con la mampostería simple de las dos primeras plantas. La inferior de mampostería con dos órdenes de ventanas y en la planta noble hay una decoración mucho más marcada en las ventanas. Dos torres cierran la fachada mientras que tres chimeneas de estilo francés rematan la estructura. La galería del último cuerpo es de arquerías renacentistas, presentando medallones en las enjutas. Balcones y ventanas muestran decoración plateresca. La entrada nos la encontramos en el lado más estrecho del edificio, en la Plaza de Monterrey.
Declarado por Real Orden de 6 de mayo de 1929 Monumento Histórico Nacional, sirve en la actualidad como residencia ocasional de los duques de Alba y alberga una interesante colección de obras de arte, entre las que destacan los paisajes de Ribera. En la actualidad se encuentra abierto al público y puede visitarse mediante una larga lista de espera.
El Palacio de Monterrey ha influido notablemente en múltiples edificios españoles de los siglos XIX y XX, en España e Hispanoamérica. Por no hablar de muchísimos edificios de principios del s. XX en la Ciudad de Salamanca que ya relataremos más adelante, como las casas que construidas en la Plaza del Liceo, o la Gasolinera de Nuño, o la biblioteca de Gabriel y Galán…
Como no podía ser menos, D Miguel de Unamuno le dedicó un escrito
Torre de Monterrey, cuadrada torre,
que miras desfilar hombres y días
tú me hablas del pasado y del futuro
renacimiento
¡Cuántas veces, mi torre, no te he visto
A la unción de la luna, melancólica
Despertar en mi pecho, los recuerdos
De tras la vida. […]

Renacer me he sentido a tu presencia
Torre de Monterrey, cuando la luna
De tus piedras tus sueños libertaba
Y ellos cedían […]

Torre de Monterrey, soñada torre,
Que mis ensueños madurar has visto
Tú me hablas del pasado y del futuro
Renacimiento.
 
Miguel de Unamuno "Inquietudes y meditaciones", tomo VII.

A partir de Mayo de 2018 podrá visitarse este Palacio de Monterrey, hasta ahora cerrado para el público.
 

martes, 19 de febrero de 2013

Casa de Llen

Situada en el Pº de la Estación nº 23, nos encontramos con la Casa de Llen construida en 1895 por el arquitecto Joaquín de Vargas Aguirre.
 
Su uso inicial fue el de fábrica de hielo en el sótano. En 1915 se transformó la vivienda para el nuevo propietario, el marqués de Llen, D Manuel Sánchez Tabernero.
 
En la portada de la casa nos encontramos con los escudos del marqués.
 
Al interior de la vivienda se accedía por un gran vestíbulo de zócalo estilo andaluz y temática árabe con una escalera tipo imperial de mármol con columnas metálicas para subir al nivel superior. tiene unos espléndidos salones, además del lucernario y motivos neoárabes del estilo "alhambrista" de su Hall.
 
Hoy es utilizada, entre otras cosas, como restaurante y plácida terraza.

Casa de Mangas Villafuerte

Situada en la C/ de San Pablo, nº 80, nos encontramos la Casa de Mangas Villafuerte, que perteneció a D. Antonio Mangas Villafuerte cuyo blasón permanece en la fachada. Tiene una fachada barroca construida en 1790 y un bonito patio interior de estilo andaluz que según parece, tras la reforma se ha mantenido.

A principios del XVIII este enclave señorial pasaría a ser una importante sede de negocios de la familia de Don Gregorio Diego Curto.

Se reformó en el s. XXI para ser convertido en un hotel de cinco estrellas.
 

Casa de Ramos del Manzano

Situada en la Gran Vía salmantina, nos encontramos con lo que queda de la casa de Ramos del Manzano, conde de Francos, de estilo clasicista tardío construido en el s. XVII.
 
Galería de la Casa de Ramos del Manzano
Originalmente, la casa se ubicaba en el nº 60 de la Gran Vía. Era una casa señorial como tantas otras de la ciudad. Pasó a ser propiedad de la Orden de las Siervas de San José. Se demolió el edificio pero se conservaron las galerías del patio interior y la escalera que fue a parar a la Casa de la Tierra.
 
Fue en 1977 cuando el Ayuntamiento de la ciudad y las religiosas llegaron a un acuerdo para mostrar los restos de la galería, que es lo que hoy puede verse en la Plaza de San Román.
 
Son 16 columnas de granito por planta, algunas no son originales, con una estructura adintelada que formaban parte de un total de 4 galerías, por lo que el tamaño de la casa debía ser considerable, teniendo en cuenta lo enorme que es este lateral.
 
Rodríquez del Manzano fue catedrático de la Universidad de Salamanca, Presidente del Consejo de Indias y de la Cruzada, jurisconsulto en el Congreso de la paz de los Pirineos en 1659 entre el rey francés Luis XIV y el rey español Felipe II. Fue enterrado en la capilla de San Julián bajo una estatua orante.
 
El legado de los Condes de Francos, que siempre han estado tan unidos a la historia de Salamanca  ha sido depositado en el Archivo Histórico de la Ciudad por el actual Conde de Francos, para el disfrute y estudio de todo aquél que lo desee.
 

Casa Paradinas

Situados en la c/ del Arcediano vemos los restos de esta casa. Se conservan la puerta de medio punto y estilo gótico, dos escudos y unos pocos metros de la fachada de la planta baja.
 
Dicen que el dueño según los datos que aportan los escudos sería D Alfonso Gómez de Paradinas.
 
Lo que si es seguro y cierto es que estos restos, hoy en día nos sirven de entrada a un rincón encantador de nuestra ciudad: El Huerto de Calixto y Melibea.

jueves, 14 de febrero de 2013

Casa de las Conchas (y parte segunda)

Situada en la c/ de la Compañía esquina con la Rúa Mayor, nos encontramos con la Casa de las Conchas de estilo gótico tardío con elementos renacentistas y mudéjares que fue construida en el s. XV y perteneció a don Rodrigo Maldonado de Talavera y Doña Juana de Pimentel.
 
El Patio Interior de la Casa de las Conchas es una maravilla, la mezcla de estilos y de elementos medievales, mudéjares y renacentistas le dan un toque señorial.
 
El patio se estructura en dos plantas. En la planta baja destacan los arcos mixtilíneos tan propios de Salamanca apoyados en pilares cuadrangulares también típicos del gótico local. En la parte superior, los arcos, en parte mixtilíneos, se apoyan sobre columnas de mármol blanco de Carrara que culminan en capiteles laureados. Los antepechos de los balcones aparecen decorados con motivos de panales y cestería de clara influencia mudéjar. Esta parte fue reformada en a finales del XV principios del XVI, tras la boda de D. Rodrigo y Dª Juana.
Finalmente el tejado está rematado por una crestería muy original formada por gárgolas y flores de lis. Tanto en la planta superior como inferior se repiten los blasones de ambas familias. En el centro del patio nos encontramos con un pozo artesanal típico de los Palacetes, que surtían a la casa del agua necesaria para su funcionamiento. Mención especial merece la vista de las Torres de la Clerecía que se tiene desde el patio de la casa.
La escalera para acceder al piso superior tiene tres tramos y se encuentra al fondo pero no frente al zaguán, siguiendo la tradición mediterránea (romana y musulmana) de preservar la intimidad del hogar a los curiosos. En el primer tramo vemos un perro que guarda y defiende la casa y, además, sujeta el escudo de los Pimentel. En el segundo tramo de la escalera hay un león que sostiene el escudo de los Maldonado y el tercero se abre con la unión de los blasones de los Pimentel y los Maldonado como símbolo, muestra y exposición pública de la alianza entre las dos familias.

Según subimos por la escalera, si miramos al techo nos encontramos con un magnífico artesonado compuesto por motivos hexagonales decorados con motivos vegetales rodeando un cuadrado policromado. Una verdadera maravilla.

Sobre la Casa de las Conchas circulan muchas leyendas.
 
Entre ellas, se cuenta que debajo de una de las conchas hay escondido un tesoro en onzas de oro, nada de extrañar pues era costumbre esconder onzas de oro entre los adobes y piedras en los tabiques de las casas para atraer la fortuna sobre la familia que la habitaba. Eso sí, si se levantaba un concha y no era ésa, caía una terrible maldición sobre el individuo y toda su familia.

Otra leyenda es que los propietarios del edificio escondieron sus joyas bajo una de las conchas de la fachada dejando documentado la cantidad escondida pero no la concha y quien quiera aventurarse a buscar ese tesoro debe aportar con anterioridad la cantidad estipulada como fianza. Si encuentra el tesoro se lo lleva y recupera su aportación, de lo contrario perderá el dinero dejado en prenda.

También cuentan que sobre el dintel de la puerta aparece el escudo de los Maldonado coronado por un cetro. Según la leyenda las lises fueron conseguidas por Aldana, un antepasado de los Maldonado, tras vencer en duelo al Duque de Normandía. El Rey de Francia, para evitar la muerte de su hijo le ofreció a cambio de su vida poder llevar en su escudo la flor de lis propia de la familia de los Borbones, y le dijo en francés "cette fleur de plat est maldonnée", algo así como que "Esta flor es mal donada..." Y Aldana, que no sabía nada de francés entendió que le otorgaba el nombre de "Maldonado" y a partir de ese momento cambió su apellido por el de Maldonado.
 
La vista de las Torres de la Clerecía desde el Patio de la Casa de las Conchas siempre es digno de ver. Pero el día que sacamos la foto, era una de esas mañanas, a punto de levantar la niebla y dejar paso a un cielo azul y un frío seco lo que le da a la Clerecía un toque muy singular en la foto.

No hace mucho una amiga nos contó que su sobrino de tres años les insistía para que le llevaran a la Casa de la Conchas, su madre, perpleja, le preguntó porqué y el enano le contestó que tenían que ir porque le habían dicho que debajo de una de las piedras había un montón de chuches. Seguro que le dijeron que había un tesoro y para él las chuches lo son. ¡Y bien grande!.
 

lunes, 11 de febrero de 2013

Casa de las Conchas (parte primera)

Situada en la c/ de la Compañía esquina con la Rúa Mayor, nos encontramos con la Casa de las Conchas de estilo gótico tardío con elementos renacentistas y mudéjares que fue construida en el s. XV y perteneció a don Rodrigo Maldonado de Talavera, perteneciente a la Orden de Santiago, catedrático de Derecho y Rector de la Universidad de Salamanca, así como miembro del Consejo Real de Castilla y a su esposa, Doña Juana de Pimentel.

Como curiosidad decir que Don Rodrigo y Doña Juana eran los abuelos de Pedro Maldonado Pimentel el famoso comunero decapitado en Villalar por orden de Carlos I.

Comienza a construirse hacia 1493 y su edificación concluyó en 1517. Sus diferentes propietarios la modifican constantemente, así por el año 1701 la casa se repara y amplía, apareciendo la fachada que da actualmente hacia la Rúa Mayor.

Lo curioso de este edificio son las 300 conchas, más o menos, de su fachada que están dispuestas a tresbolillo, siguiendo una composición romboidal propia del estilo mudéjar, las ventanas desiguales, la puerta descentrada y los escudos de armas de los Maldonado con las flores de lis. Podríamos decir que todo esto, en conjunto, la hacen única, por no mencionar la belleza de su patio interior.
 
No se sabe el motivo por el que se cubrió de esta forma la fachada, pero hay dos teorías: una dice que fue por pertenecer los Maldonado a la Orden de Santiago y otra dice que fue una muestra de amor de Don Rodrigo a su esposa, cuya familia, los Pimentel, tenía como símbolo nobiliario la concha. Sea cual fuere la causa el resultado es impresionante.

Su fachada muestra una puerta dintelada descentrada que es de clara influencia hispanomusulmana, con dos órdenes decorativos. Encima el blasón de los Maldonado enmarcado por molduras curvas y rectilíneas, donde podemos observar alegorías y otros motivos vegetales y animales y en el centro la leyenda Ave María y más arriba el escudo de los Reyes Católicos.
 
De las dos torres originales, sólo se conserva una de ellas, que por su ostentación fue desmochada por orden de Carlos I como castigo a la familia Maldonado por el tema de los comuneros.

Dicen que esta casa es el paradigma del hibridismo entre lo gótico, el renamiento y lo mudéjar, tanto en su fachada como en su patio interior, ya que mezcla perfectamente estos estilos en cada detalle de la casa.

Contemplamos las ventanas, de estilo gótico algunas, otras con influencias renacentistas, sin simetría entre ellas cosa muy típica del gótico español.

Destacan ornamentalmente las rejas de las ventanas, que han sido calificadas como una de las mejores muestras de la forja gótica española, trabajos que se realizaban en frío por maestros salmantinos. Su función no sólo es ornamental sino que también tratan de proteger la intimidad y la seguridad de los habitantes de la casa como medida preventiva a robos y saqueos.

El palacio sufre algunos problemas en el siglo XVIII, con desplomes y agrietamientos, pese a la posterior restauración en 1722 hecha por Simón Gavilán que no pudo evitar que se suprimieran conchas de la parte alta del edificio, siendo sustituidas por unas ventanas cuadradas.

En 1929 se declara Monumento Nacional. En 1967 es cedida al Ayuntamiento de Salamanca, mediante un contrato de arrendamiento por un valor simbólico de una peseta anual durante noventa y nueve años. En 1970 el Ministerio de Cultura se subroga al acuerdo y sigue con el arrendamiento. Desde 1993 y tras una larga restauración, alberga en su interior una Biblioteca Pública del Estado.

En 1997 su propietario, el Conde de Santa Coloma, la entrega a la Junta de Andalucía como pago de impuestos. En 2005 la Junta de Andalucía la permuta por otro edificio con el Estado, su actual propietario.

En la actualidad el edificio alberga en su interior una Sala de Exposiciones, la Biblioteca Pública de Salamanca y la Oficina de Turismo.
 
 
 
 

lunes, 4 de febrero de 2013

Zacarías González - La intimidad del pintor

Vimos en Televisión Salamanca este documental sobre Zacarías González. Nos gustó y buscamos y encontramos el documental.
 
 


Se pone aquí, en medio de las casas señoriales, las torres y los palacios, porque nunca es mal momento para fomentar algo nuestro, un pintor, desconocido para muchos salmantinos y para casi todo el resto del mundo.
Para saber más de este pintor, su obra y su museo os recomiendo visitar:
Una visita virtual

Zacarías González - La figura humana en su obra