miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hotelitos de Mirat

 
Situado en la Avenida de Mirat, nos encontramos con Los "Hotelitos de Mirat" que fueron construidos entre 1902 y 1905.
 
A mediados del XVIII nació en Salamanca don Gregorio Mirat, creador de una rentable fábrica de almidón. Pero fue su hijo Juan Casimiro quien introdujo la revolución industrial instalando en Salamanca la primera máquina de vapor, amplió el negocio hacia la elaboración de pasta para sopa y posteriormente la producción de garbanzos. Sus avances tecnológicos le permitieron producir a gran escala, obteniendo un importante éxito.
 
Los Mirat siguieron innovando, siendo precursores de la modernidad industrial, pero también del sector inmobiliario. Con los beneficios de la fábrica de abonos se construyeron cuatro manzanas de edificios con sus respectivos hoteles, los conocidos como “hotelitos de Mirat”. Fue ésta la primera barriada que se levantaba fuera del recinto amurallado, el extrarradio. En recuerdo a esta notable familia queda una de las avenidas más transitadas de la ciudad: La Avenida de Mirat.
 
En septiembre de 1892 la Plaza de Toros de los Mínimos, ubicada extramuros, acoge su última feria taurina. En 1894 Juan Casimiro Mirat Moreno se convierte en su propietario ampliando el solar hacia el oeste y el este. Según el contrato de compraventa, el antiguo coso taurino no podía destinarse a espectáculos públicos para no hacer la competencia a la recién inaugurada Plaza de la Glorieta.
 
Juan Casimiro elabora en 1894, un proyecto en el que el edificio taurino será transformado en sede de un Instituto o Escuela Agrícola junto con un laboratorio químico de ensayos, un campo de experimentación agraria, una gran fábrica de abonos químicos, con su correspondiente terreno para la confección de los orgánicos, y un banco agrícola. El proyecto refleja un ideario afín a lo que luego sería el «regeneracionismo», preocupándose por el desarrollo de la base económica de Salamanca, la agricultura. Si bien la idea de Mirat tuvo buena acogida en la Liga de Productores no se llevó a cabo y se embarcó en un proyecto inmobiliario en vista de la escasez de viviendas.
 
El 9 de septiembre de 1901 con el maestro de obras Cecilio Domingo González se presenta la memoria explicativa de la urbanización como modelo para una modernización del casco antiguo. La prensa apoyó la iniciativa pues, según los planos, la barriada resultaría de elegante aspecto, situación higiénica inmejorable, saludable orientación, cómodas y confortables viviendas… Consideran de gran interés que siendo el proyecto de iniciativa privada, venga unido a la ordenación de una amplia zona, puesto que hasta entonces cada interesado construye sin un plan, sin orden ni concierto.
 
Juan Casimiro subdivide su solar en cuatro manzanas y pretende construir 52 casas con un total de 116 viviendas. Considerando que el frente de la futura avenida de Mirat sería el más cotizado, se pensó levantar los cuatro ‘hoteles’ de tres plantas con las mejores viviendas, en un número de tres por planta. Éstos harían de cabecera a manzanas de casas adosadas de dos plantas siendo cada una de éstas una vivienda.
 
El proyecto definitivo de 1902 introduce algunos cambios. La reducción de viviendas por planta de tres a dos en los ‘hoteles’ hizo que ahora las habitaciones tuvieran aireación directa al exterior. Finalmente se construyeron sólo 19 de las 40 casas proyectadas. La licencia de obra se solicita el día 13 de abril de 1902 y fue concedida el día 22.
 
A las siete de la mañana del 17 de noviembre de 1902 Juan Casimiro junto a sus hijos, el maestro de obras Cecilio Domingo González y los obreros contratados para la construcción del Barrio de Mirat acuden a misa en la iglesia de San Juan de Sahagún. Una vez terminado el oficio religioso se dirigen a la vieja plaza de toros para comenzar su demolición.
 
Juan Casimiro y Cecilio González habían partido de la idea de hacer un proyecto factible y económico. Estudiaron las posibilidades que ofrecían los materiales del viejo coso para reducir los costes, con lo cual, el material de hierro, la cornisa de la plaza, todo el material de mampostería, los sillares labrados resultantes del derribo de la plaza de toros se aprovecharán en los muros de las casas. Por ello, las ventanas de las construcciones serán de iguales dimensiones a las que hubo en la plaza y la piedra de los tendidos se convierte en impostas y basamentos de soportes de la planta baja y otras partes de la construcción. En menor medida se aprovecharían los maderos.
 
En cuanto a los materiales restantes se apunta su procedencia: la cal para el mortero vendría de Linares, El Pito y Fuenteguinaldo. El adobe se hará al pie de obra. Del río Tormes se sacará la arena y el barro de los barreros de la localidad, el yeso éste se adquirirá en Valladolid y de la calidad o análoga a la producida en la fábrica ‘La Blanca’. La madera se compraría en tres lugares: para la parte de resistencia y trabazón, en Portugal, en Soria para puertas, ventanas y escalones, mientras que el entarimado será el llamado «pino norte» sin que se especifique la procedencia.
 
Para rentabilizar la obra se pensó en el alquiler de las 52 casas. Los cálculos previos del Sr. Mirat y Cecilio González, en 1901, preveían una inversión global de 358.499,73 pesetas para las 116 viviendas que, alquiladas por una renta de entre 210 y 480 pesetas al año, darían una rentabilidad entre el 7 y el 8%.
 
Sin embargo, Juan Casimiro descarta la idea del alquiler en su totalidad poniendo las casas a la venta. El primer hotel lo compra la compañía del ferrocarril S.F.P el 12 de septiembre de 1903. El administrador del Balneario de Ledesma, Carlos Llauradó Feliu, compra el tercero y las cuatro casas traseras el 31 de octubre de 1903. El industrial de Cantalpino Primitivo López compra las cinco casas traseras del cuarto bloque. La familia Mirat se queda con el bloque segundo completo, siendo la manzana más grande y además con tres casas orientadas a la plaza de los Mínimos, hoy Gabriel y Galán. También se queda con el cuarto hotel que a su vez alquila al Ministerio de Hacienda el 4 de octubre de 1905 en una cantidad anual de seis mil pesetas.
 
El traslado dio comienzo el 22 de noviembre de 1905. En 1907 las viviendas construidas han cumplido su objetivo y prácticamente están todas alquiladas al personal del ferrocarril, a funcionarios de Hacienda y a un amplio grupo que abarca diversas profesiones liberales destacando el de abogados y profesores. Prácticamente concluidas las obras de la barriada, el periódico El Lábaro, el 1 de agosto de 1906, nos la describe así: «Forman todo el barrio los cuatro hoteles o pabellones de cabecera; tres casas en la Plazuela de los Mínimos; cinco en la primera calle; seis en la segunda; tres en la tercera y dos en la cuarta, dispuestos con viviendas en los entresuelos y la planta principal resultando cincuenta y ocho cuartos para otras tantas familias, sin contar los dos pabellones ocupados por las oficinas del ferrocarril S.F.P. y la Delegación de Hacienda.»
 
En 1947 se inicia una reforma en la calle Dimas Madariaga con la construcción del Sanatorio de la Obra Sindical ‘18 de Julio’ inaugurado el 28 de noviembre de 1947 y que hoy está ocupado por la Delegación Provincial del Ministerio de Trabajo, conservándose sólo el hotel de Llauradó. Hay que apuntar que aún en ésta existen dos de aquellas casas traseras, concretamente los números 8 y 10 de la calle Pérez Oliva.
 
En la actualidad contemplamos dos de los cuatro pabellones de cabecera siendo éstos los adquiridos por el Sr. Carlos Llauradó y por la Compañía del ferrocarril S.F.P. El primero de ellos ha llegado hasta nuestros días según su aspecto original tanto en la distribución de vanos como accesos e incluso todavía conserva su característico perfil de ático retranqueado y cubierta a dos aguas. El otro pabellón que hoy contemplamos es el que ocupó la compañía de ferrocarril. Las estancias interiores tuvieron un tratamiento especial tanto en la planta baja, dedicada a oficinas, como en las superiores. Sin embargo, el ático, en posición retranqueada de la línea de fachada, ha perdido su perfil original del mismo modo que se ha eliminado el enlucido del paramento.
 
Hoy podemos disfrutar de la Biblioteca de Gabriel y Galán, un hotelito que es la sede Territorial del Ministerio de Sanidad y otro hotelito como sede bancaria que nos alegran la vista y nos recuerdan el origen no tan lejano de una avenida que recorremos tan a menudo.
 
 El Museo del Comercio tiene en el nº 10 de los cuadernos de la Historia del Comercio uno dedicado a Barrio de Mirat y otro dedicado la publicidad de la empresa de Mirat que son muy interesantes. 
 

1 comentario:

  1. Siempre me había preguntado qué serían estas casitas y cuál su historia para que permanecieran intactas en la avenida. La verdad es que le dan un toque especial

    ResponderEliminar

Tu mensaje aparecerá en un momento.
Gracias por leer, compartir y comentar.