Alrededor de 1927 aparecian las obras racionalistas impulsadas por jóvenes ligados al pensamiento de la Institución Libre de Enseñanza, al espíritu liberal y progresista y deseosos de conocer e importar de Europa lo que allí ya se conocía como cultura moderna. Este deseo apresurado de importar un movimiento del que ignoran las bases teóricas, los conflictos internos, las contradicciones, las luchas del origen, lleva a una burda imitación.
A pesar de ello, entre los años 1927-1937 algunos arquitectos se comportaron con la suficiente coherencia como para poder ser calificados como arquitectos racionalistas en sentido estricto. En todo caso se trata de unos pocos arquitectos, lo que hace aún más llamativa su actividad en un medio dominado por actitudes eclécticas. Entre ellos, sin embargo se producen diferencias notables debidas, en parte a contextos muy concretos y nos permiten distinguir los grupos por su localidad de residencia.
- Racionalismo en Castilla y León -
Los arquitectos encargados de la evolución de la arquitectura hacia los cauces racionalistas encontraron en Castilla el firme arraigo de una práctica profesional dominada por el eclecticismo, que en algunos casos se concretó en tendencias modernistas y cosmopolitas y en otros se vinculó con tradiciones locales muy firmes.
El uso del ladrillo condicionó la expresión de texturas, los escasos ornamentos, las proporciones de huecos y macizos. Este estilo fue usado de forma esporádica, al ser preferida mayoritariamente la construcción en hormigón y las superficies enfoscadas.
Concretamente, en Salamanca, la llegada del racionalismo viene enmarcada por la actividad de Joaquín de Vargas. A su consolidación contribuyeron entre otros Genaro de No Hernández, Eduardo Lozano Lardet, Francisco Ortigosa, Francisco Gil González…
Su fachada es revoco pintado con barandillas de tubo, con un chaflán singular que organiza la esquina simétricamente con cuerpos laterales volados con balcones curvados lo que hace que esta esquina sea especialmente bonita
Casa particular en la calle de Isidro Segovia construida en 1938 por Francisco Gil. Los materiales de la fachada son ladrillo con revoco pintado y barandillas de tubo. La fachada volada de borde curvos y retranqueos centrales en balconadas la hacen muy especial.
Remozada y estupenda quedó la casa que hace esquina en las calles de Tirso de Molina y de Luis Vives. Construida por Ricardo Pérez el material de la fachada es ladrillo con revocos pintados. Barandillas de tubo. El edificio de esquina tiene pequeños cuerpos volados.
